10 VINOS INDISPENSABLES PARA EL VERANO. FESTIVAL ESTIVAL DE VINOS

  • Tenemos asumido que en verano cambiamos los platos y los adaptamos al clima. ¿por qué no lo hacemos con el vino? Hay un vino para cada momento.
  • 10 Vinos indispensables para disfrutar el verano

Uno de los grandes errores del vino, o, mejor dicho, de la gente del vino, es intentar convertir a un producto que es parte de nuestra historia y cultura, en algo “de moda”, al menos esta es mi impresión y el primer paso para alejar a mucha más gente de la que se acerca estigmatizando el consumo de un “alimento” que por mucho que se quiera ocultar (desde las instituciones), ha formado y forma parte de la dieta mediterránea (y la cultura), sí, tanto como un buen chuletón.

el sustituto de un vino tinto es un vino blanco, un rosado, un generoso, un cava…

El problema de poner algo de moda y asociarlo a momentos es que tarde o temprano deja de serlo o cuando pasa el momento termina siendo sustituido por otro alternativo. En este sentido, el vino no tiene ningún producto alternativo y si lo tiene, es otro vino porque no, la cerveza no lo es, igual que no lo es la Coca Cola. Con la gran variedad de vinos que hay en el mercado, el sustituto de un vino tinto es un vino blanco, un rosado, un generoso, un cava…

 

Por lo tanto, por supuesto que el vino también es para el verano, la cuestión es tomarlo, cada cual como más le guste: tinto frío o con gaseosa, blanco o rosado con un cubito de hielo, en porrón o en copa, como digo, cada cual, como más lo disfrute.

Pondré dos ejemplos que todos comprenderemos:

El chocolate… ¿Para el invierno, caliente y acompañado de churros?, va a ser que no (a no ser que sea a las 6:30 cuando las temperaturas son frescas y apetece). Hay miles de formas de tomarlo, y por supuesto, en verano el chocolate en los helados es uno de los grandes protagonistas.

La pasta… ¿únicamente caliente y acompañada de salsa boloñesa?, tampoco. Hay infinidad de platos fríos a base de pasta para el verano… como la ensalada de pasta y sus variantes.

Con estos ejemplos, lo que vengo a reflejar es que nuestra cocina se adapta al clima y condiciones ambientales.

Se habla de vino en genérico y es un error, o cuanto menos, limitante ya que en nada se parece el blanco, el rosado, el tinto, generoso, espumoso… ni en sabor, ni en color ni en temperatura de consumo. Ni que decir cuando hablamos de tipos de elaboración, variedades de uva o regiones. ¿Acaso se parece un Riesling del Mosel-Saar-Ruwer (Alemania) a un Fino elaborado con uva Palomino del marco de Jerez? Ambos se toman fríos, pero podríamos decir que, siendo blancos, son antagónicos.

Queda claro que hay casi tantos tipos de vino como consumidores y gustos a lo que le añadimos momentos para configurar una cantidad de variables infinitas.

En verano disfruto sobre todo de buenos vinos espumosos, vinos jóvenes que los tomo un poco más frío de lo habitual y en ocasiones, también un tinto, blanco o rosado con gaseosa, es decir, como me apetece en cada momento y de acuerdo al plato con el que lo vaya a disfrutar, pero está claro que si el plato está vestido por un chuletón de buey (digamos que una comida no muy veraniega) no negaré un buen vino tinto.

La riqueza de la dieta mediterránea y de productos nos permite ir adaptando la gastronomía al clima con mucha facilidad. Tan asumido lo tenemos que debemos hacer lo mismo con el vino. Poniendo como ejemplo las ensaladas imprescindibles en verano, ¿Por qué no acompañarlas un FINO? Seguro que vas a disfrutarlo también con un gazpacho o salmorejo… ¿es casualidad que vino-plato sea de la misma zona? digamos que en Andalucía supieron adaptar su gastronomía al clima hace años.

Los blancos, rosados y espumosos se beben fríos, en verano, bajemos un poco más el frío, sirvamos menos cantidad en la copa, pongamos la botella en una cubitera… no hay excusa.

Si queremos una bebida con menos grado alcohólico, tenemos mostos parcialmente fermentados y cada vez más vinos tipo frizzante, además podemos optar por los socorridos tintos de verano, que también pueden ser con blanco o rosado. Ahora que está tan “de moda” el verdejo, si le añadimos unos cubitos de hielo, gaseosa, una rodaja de limón y una hoja de menta o hierba buena, tendremos una bebida refrescante. Digo verdejo, pero esto lo podemos hacer con cualquier otro vino blanco.

 

Les dejo con 10 propuestas de vinos para el verano:

 

VINOS BLANCOS

Blas Muñoz Chardonnay 2020 – Viñedos y Bodegas Muñoz, S.L. – D.O. La Mancha (11€)

 

Finca Los Halcones Viognier 2019 – Pagos de Familia Vega Tolosa – D.O. Manchuela (14€)

 

Finca Casa Julia Albariño 2020 – Bodegas Hispano Suizas – D.O. Valencia (27€)

TINTOS

Solmayor tempranillo joven 2020 – Bodega Soledad – D.O. Uclés (5 €)

 

Jarabe de Almázcara Majara 2018 – Bodegas Almázcara Majara – D.O. Bierzo (19 €)

 

Ulterior Parcela 6 garnacha 2017 – Bodegas y Viñedos Verum – Vino de la Tierra de Castilla. (19)

 

ESPUMOSOS

Polémic@ Blanc de Noir 2019 – Bodegas San Dionisio – Vino de la Tierra de Castilla (8 €)

Martín Códax espumoso albariño Brut Nature – Martín Códax – D.O. Rías Baixas (22 €)

ROSADOS

Arzuaga Rosae 2020 – Bodegas Arzuaga – D.O. Ribera del Duero (10,90 €)

Conde Valdemar Rosé 2020 – Bodegas Valdemar – D.O.Ca. Rioja (5.90 €)

 

El autor

©Joaquín Parra Wine Up! 2021

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“El autor no ha cobrado a ninguna bodega por aparecer en este artículo”Para más vinos, descarga la guía Wine Up!

 

 

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