- Este hito supone un avance en materia de eficiencia y sostenibilidad, y subraya el potencial de la biomasa para la elaboración de cajas y para el diseño de novedosas etiquetas de naturaleza 100% renovable.
- El consorcio formado por Matarromera, Pago de Carraovejas, Ence y Brandia ofrece una solución a la quema de residuos vegetales generados en el entorno agrario.
Santiago de Compostela, 31 de enero de 2024. El proyecto VINEBOX™, impulsado por Bodega Matarromera, Pago de Carraovejas y Ence, con la colaboración de Papelera de Brandia, para valorizar de manera sostenible los residuos de poda de vid, ha alcanzado un nuevo hito: el consorcio ha logrado desarrollar con éxito una bobina de un papel con unas características muy especiales.
Se trata de una bobina de papel innovadora, fabricada con celulosa calidad Naturcell® especial, ya que contiene fibra obtenida de sarmiento de poda de vid. Esta bobina se ha fabricado en P. Brandia atendiendo a los más exigentes criterios de calidad para fabricar etiquetas y cajas para botellas, que serán ensayados por las bodegas. Este hito supone un avance en materia de eficiencia y sostenibilidad, y subraya el potencial de la biomasa como una fuente renovable y responsable para la elaboración de bioproductos.
Este logro representa un paso fundamental hacia el objetivo final del proyecto VINEBOX™: la producción de cajas y etiquetas sostenibles y 100% renovables para las bodegas participantes. La utilización de celulosa elaborada a partir de residuos de poda de vid con la pasta Naturcell® de Ence refleja el compromiso del consorcio con la sostenibilidad, la economía circular y la excelencia en calidad.
En la presentación de este nuevo hito, Antonio Casal, director de Desarrollo de Negocio de Celulosa de Ence, ha puesto de relieve la importancia de la apuesta de Ence por la I+D y la relevancia que debe tener la sostenibilidad en la búsqueda de soluciones innovadoras, involucrando a bodegas pioneras en éste área. «Este nuevo paso en el proyecto demuestra el compromiso firme de Ence con el impulso de la transición hacia una bioeconomía circular». «Esta bobina es el símbolo de que seguimos avanzando y trabajando por ofrecer soluciones sostenibles, aprovechando los recursos naturales y aportándoles valor». Asimismo, Casal ha destacado “la ayuda y la colaboración de Brandia, que en todo momento ha ofrecido su tecnología y experiencia para contribuir al buen fin de este proyecto innovador».
Por su parte Gaspar Barreras, Director General de P. Brandia, ha agradecido la oportunidad de formar parte de este proyecto, que puede contribuir a revalorizar residuos agrícolas. Una iniciativa que, además, pone de manifiesto cómo Ence y P. Brandia, a través de su tecnología, pueden aportar innovación y valor a un proyecto tan creativo y puntero como este.
Carlos Moro, presidente de Bodegas Familiares Matarromera, ha destacado que «desde hace 22 años llevamos desarrollando nuevos productos, ingredientes y marcas como Sanclodio, Viña Caeira o Casar de Vide en Galicia. De aquí nace la idea de reutilizar los residuos de poda dotándoles de una segunda vida y así devolver a la naturaleza lo que nos da, reduciendo los efectos nocivos de las quemas. Para ello ha habido un completo plan logístico de recogida, acopio, astillado y valorización y que encaja en lo que personalmente denomino economía esférica, integrándose perfectamente en el plan de sostenibilidad de nuestras bodegas».
«La sostenibilidad en Alma es cultura de trabajo, un valor que impregna todas las decisiones y procesos convirtiéndose en parte de nuestra filosofía. Hemos adquirido el compromiso de proteger y custodiar nuestro entorno, implementando medidas que se vean reflejadas en el futuro. Buscamos llegar al desarrollo sostenible en toda la cadena de valor y centramos los esfuerzos en promover una economía circular que genere alternativas a los residuos que se originan durante todo el proceso», expresa, Pedro Ruiz, CEO de Alma Carraovejas.
Por su parte, Eva Navascués, directora de I+D+i de Pago de Carraovejas, sostiene que «ha sido un logro poder crear la primera bobina de papel procedente de los sarmientos de nuestra finca. El proceso ha sido complejo en la parte técnica pero finalmente hemos conseguido el papel con el que poder crear cajas y etiquetas. Ahora, tenemos que demostrar que la recogida de sarmientos y tramitado para su valorización sea sostenible económicamente para que se convierta en una solución que evite la quema de estos residuos que genera el sector vitivinícola y que redunda en la protección ambiental».
El proyecto, cofinanciado por la Unión Europea y por el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) con fondos FEDER, cuenta con un presupuesto de 879.539,00 € y un tiempo de ejecución de 30 meses. Además, participan, como entidades subcontratadas por las empresas, el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene), y la empresa Athisa, que aporta soluciones para el servicio de recogida y acopio de las podas de sarmiento.