CASTILLA-LA MANCHA, MUCHO MÁS QUE VINOS: GINEBRA, LICORES Y BRANDIES HISTÓRICOS

Casi a diario, desde Castilla-la Mancha se promulga que es la región con mayor extensión de viñedo del mundo, y, por lo tanto, de vino.

Nuestra hegemonía no es histórica, es en el último siglo cuando se apostó por el vino como cultivo principal, más aún a partir de la mecanización en el campo y en las bodegas.

Tomelloso puede llegar a destilar hasta el 45% del alcohol vínico de todo el mundo.

Hoy la globalización marca el camino en las producciones y en las marcas, pero hasta hace poco más de medio siglo, era habitual encontrar multitud de marcas de productores locales. La mistela, vermut, licores, brandy e incluso otras bebidas como ginebra y anís, además, del por supuesto, menudeo de vino en garrafas.

Alambiques históricos de Destilerías Altosa (Tomelloso)

A diario y en las comidas, el vino era imprescindible y luego, en festividades y ocasiones, normalmente acompañado de dulces, se servía vino añejo del tonel que había en casi todas las casas, mistela o “coñac”, que era como se ha denominado al brandy hasta hace bien poco. El vermut, lo habitual era tomarlo fuera de casa, después de la misa matutina de los domingos, se quedaba en el bar con familia y amigos para disfrutar de “la hora del vermut”.

Otra de estas escenas costumbristas en los bares, era bien por las mañanas temprano, bien después de comer, el carajillo acompañado de la copa de coñac o de “sol y sombra”, mezcla de coñac y anís.

Hoy los hábitos han cambiado y el consumo de estas bebidas es residual: Brandy, Anís, Mistela… al menos el vermut de ha vuelto a poner de moda.

Si nos gusta bucear en el archivo de la prensa, nos llega algún recorte de la hemeroteca, podemos comprobar la multitud de productores que se anunciaban como exportadores de “vinos, alcoholes y derivados”, todo estaba conectado en las zonas productoras y de la uva, salían muchos más productos que el vino.

MARCAS Y PRODUCTOS HISTÓRICOS

Probablemente la primera marca registrada del sector del vino en Castilla-La Mancha es “COÑAC PEINADO”, inscrita en la oficina española de patentes y marcas en octubre de 1911. En esta época y sobre todo a partir de los años 50, se multiplican las marcas y productores de mistelas y brandy, posteriormente, ya en los años 60, 70 y 80 aparecen de otras bebidas alcohólicas como la ginebra. En Quintanar de la Orden se fabrica el conocido anís “LA ASTURIANA” y en Las Labores, junto a Manzanares, está la destilería que dio origen a la ginebra LARIOS, hoy propiedad del grupo Pernod Ricard. Superando los 50 años, está otra marca histórica de vermut en Tomelloso: Rushmore. No podemos olvidarnos del licor por excelencia de Cuenca: el Resolí.

En brandy, pese a haber gran cantidad de marcas, hay quedado es necesario destacar cuatro marcas: PEINADO de Brandy Peinado. CASAJUANA de bodegas Allozo (ambas de Tomelloso), ALVISA de destilerías Alvisa y SATÍE (Miramar Satíe) ambas de Socuéllamos.

Con respecto al brandy, Tomelloso puede llegar a destilar hasta el 45% del alcohol vínico de todo el mundo. De aquí salen las holandas que, envejecidas, dará lugar a la mayoría de brandies que se comercializan en España.

El descenso del consumo de estos destilados desde los años 80 en favor de otros como la ginebra, vodka, ron o whisky, hizo que muchos productores desaparecieran, aunque esto supuso una oportunidad para otros que hay ido creciendo y ampliando su catálogo como es el caso de destilerías TAVASA en Casarrubios del Monte (Toledo). O LICORES DROL’S de Quintanar de la Orden (Toledo). Productores que se han especializado en la fabricación de bebidas alcohólicas de todo tipo.

Más recientes, son los aguardientes monovarietales de uva VERUM (Tomelloso), con dos de ellos, los elaborados con la variedad gewürztraminer y Sauvignon Blanc, reconocidos por la prensa especializada entre los mejores del mundo en su categoría. También ginebras Premium como Ginebra 1085 de Licores Caro. En vermut se ha dado un salto hacia la línea Premium, destacando vermut UNIVERSO de Soleras de Tomelloso.

Hay pequeños productores repartidos por la geografía regional, muchos herederos de una tradición que ha perdurado hasta nuestros días, pero que, si continúa con ese consumo local, están abocado al cierre. La mistela está prácticamente desaparecida y el sol y sombra, es solo cosa del recuerdo.