Después de una visita completa a viñedos y bodega en Pago de Carraovejas (puedes ver el relato en este enlace) es casi obligación pasar por su restaurante y disfrutar del menú armonizado (o maridaje, como lo quieras llamar) con sus vinos.
La bodega cuenta con restaurante, y no con cualquiera, uno de los mejores que podemos encontrar en la provincia de Valladolid: AMBIVIUM. Destaco el gusto con el que está decorado, sin estridencias, para sentirte cómodo. Una buena bodega con los vinos propios y otros vinos de destacadas bodegas nacionales e internacionales.
Para comenzar, un coctel, un digestivo que se agradece y que es toda una declaración de intenciones de lo que te espera en el restaurante. Se acompaña con unos torreznos.
Se cuida el detalle al máximo, en mi caso, hasta la minuta iba personalizada.
El menú degustación que sirvieron para catar los vinos se relata en esta otra parte ya que la experiencia lo merece.
Rompemos los esquemas del “maridaje” típico, al vino hay que darle lo que le viene bien y ni todos los vinos son iguales, ni todos los platos van con el mismo vino, de ahí que se deba llamar “ARMONÍAS” y no maridaje.
Los vuelcos del cocido con quintaluna de Ossian 2016. Un plato con buena consistencia y sabor al que le va bien el punto de frescura, equilibrio y buena acidez de Quintaluna. Hablar de Ossian es hablar de Verdejo de Segovia de viñas extremadamente viejas, baja producción y que representa lo que es en verdad la variedad Verdejo.
Quintaluna de Ossian 2016 ha sido valorado en la guía Wine UP! 2018 con 90 puntos y muestra el siguiente comentario de cata:
Amarillo limón con reflejos verdosos. En nariz es varietal, intenso, toques herbáceos, cítricos mineral, fruta de hueso como melocotón y albaricoque. En boca es un vino de segunda copa, de dar dos tragos para que se muestre con nitidez. Encontramos un carácter ligeramente salino, acidez que va in crescendo, sutil recuerdo a caramelo balsámico de miel y limón, largo, persistente.
Huevo a baja temperatura con presa ahumada y salsa española con Pago de Carraovejas 2015. Con este plato entran en juego las texturas y los sabores. El toque ahumado y la cremosidad del huevo le van muy bien al vino, con un tanino pulido, noble y una buena integración de la madera para redondear una perfecta armonía entre el plato y el vino.
Pago de Carraovejas 2015 ha sido valorado en la guía Wine UP! 2018 con 93.38 puntos y muestra el siguiente comentario de cata:
Rojo picota con intenso ribete violáceo, lágrima que tiñe. En nariz intenso, fruta roja y negra, envolvente, sutiles recuerdos de cacao, café, lácteos y sutil laca. En boca lo tiene todo, es carnoso, tanino que llena, un vino que perdura en boca cargado de todos aromas que percibíamos en nariz, un vino con mucho recorrido, ya es bueno pero tiene margen de mejora, evolucionará positivamente en los próximos 2-3 años.
Crema de sopa castellana con Blanco Ossian 2015. En el menú podemos pasar de blanco a tinto sin problema, son blancos con temperamento, con carácter. Ossian 2015 aguanta a la perfección un plato clásico como la Sopa Castellana. Acidez marcada, mineral con un toque salino que se potencia con un plato sabroso que agradece ese punto de rebeldía de uno de los verdejos más elegantes que podemos encontrar en el mercado.
Ossian 2015 ha sido valorado en la guía Wine UP! 2018 con 92.54 puntos y muestra el siguiente comentario de cata:
Amarillo limón brillante con reflejos oro. En nariz toques de plátano maduro, sutil recuerdo a vainilla, algo de caramelo, mineral, muy limpio y elegante. En boca untuoso, graso, envolvente, acidez media que va in crescendo. En retrogusto aparecen toques melosos, caramelo de limón, con persistencia.
Porrusalda con bacalao con Blanco Capitel 2015 Que mi debilidad en pescados sea el Bacalao y que este plato sea uno de los más exquisitos que recuerde con este popular pescado no resta un ápice de objetividad al decir que el “maridaje o armonía” es perfecto. Un plato sabroso, intenso que pide un blanco con marcado carácter. Equilibrado, la madera no aporta aromas pero si carácter. Tener en la copa uno de los mejores vinos blancos de España tiene sus riesgos porque las expectativas siempre son altas, pero si hay algo que tengo claro, es que todo lo que hace la familia Ruiz Aragoneses tiene la capacidad de superar las expectativas por altas que sean, al menos las mías. Quiero volver y pediré repetir plato y vino.
Aprovecho la mención para destacar el servicio de la mesa y el excelente sumiller que nos atendió, lamento no recordar el nombre pero desde estas letras que seguro que te harán llegar, enhorabuena.
Ossian Capitel 2015 ha sido valorado en la guía Wine UP! 2018 con 92.54 puntos y muestra el siguiente comentario de cata:
Amarillo limón reflejos oro. En nariz elegante, limpio, buena intensidad con recuerdos de lía fina, sutil caramelo, limón maduro y hierbas aromáticas. En boca untuoso, denso, con volumen y buena acidez que le da expresividad en boca, sutil amargor que le aporta persistencia, al final caramelo, piña madura, cera de abejas y sutiles recuerdos de la madera. Un vino de culto
Solomillo Ibérico a la parrilla con Pago de Carraovejas El Anejón 2014. Todavía recuerdo el sabor de este solomillo, un plato soberbio, la carne tierna, sabroso, con un toque ahumado que recuerda las barbacoas familiares (cuando das con alguien que le tiene cogido el punto). El vino, daba la cara y se sobreponía al plato. El anejón 2014 es una nueva añada (catado en primicia) que saldrá para octubre-noviembre de 2018. Uno de los privilegios que tengo es este, catar vinos antes de que estén en el mercado. También es cierto que hay que saber que los vinos necesitan su tiempo para redondear. Sin duda, el anejón sigue en su línea de hacernos disfrutar en la mesa, y en la sobremesa. Ya es excelente y se podría decir que está en pañales.
Chocolate con Frutos rojos con Tinto de Carraovejas Cuesta de las Liebres 2014 Para uno que no es muy de postres ni de dulces, por bueno que esté (que lo estaba) se centra en el vino. He de reconocer que estaba delicioso y que me acordé de quien sí lo hubiera disfrutado al 100%. Yo me centré en el vino, otro anticipo de lo que vendrá a final de año, otro privilegio. Un vino de los que habitualmente no se beben pero que se aspiran a beber. Un vino exclusivo que no todos los años ve la calle, hay que llegar al máximo nivel de exigencia para embotellarlo.
También hay que tener en cuenta la longevidad del vino, eso son los grandes, los que tienen capacidad de perdurar.
Sin duda hablamos de uno de los vinos más exclusivos de España.
Con los Petit Four el último homenaje: El Anejón de la cuesta de las liebres 2009, este ya como cortesía y sin estar en el menú. Una forma de contrastar lo que ya se sabe, la capacidad de envejecer dignamente, algo que está sólo al alcance de los grandes vinos. Destaco también la parte estética, sobre una duela de barrica. ¿Qué más se puede pedir? Si eres un winelover Pago de Carraovejas y su restaurante Ambivium es una visita obligatoria.
Al terminar, no dejes de disfrutar de la terraza, de las vistas, del relax que se respira y que te invita a quedarte, a desear que no pase el tiempo, a darte cuenta de que aún no te has ido y ya deseas volver.
De todo esto me quedo con un pero… que después de la visita y la comida tenía que conducir y eso es sagrado para mí. Bebí el vino estrictamente necesario para la degustación, pero lo disfruté como si me hubiera bebido media botella de cada uno de los vinos. Ya lo comentaba en el artículo relativo a la visita, quiero hacer una mención especial a Cristina, Carmen y David porque gracias a ellos no fue una comida de trabajo, fue una comida en la que me sentí como un amigo más, un compañero.
La figura de Pedro Ruiz Aragoneses y su familia estuvo presente en todo momento. Ellos con José María a la cabeza son los “culpables” de este proyecto del que todo aquél que disfruta del vino y está dispuesto a pagar un poco más por lo mejor, habla y tiene como referencia.
Joaquín Parra Wine Up!
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