Hoy, Día Mundial del Corazón queremos recordar cómo el consumo moderado y responsable de vino puede reducir el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un accidente vascular cerebral, tanto en hombres como en mujeres.
Por un lado, hay que recordar que la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte, y puede estar originada por múltiples factores, desde el tabaquismo a la diabetes pasando por la presión arterial alta o la obesidad.
Por el otro, no hay que olvidar que el vino es uno de los alimentos esenciales de nuestra cultura mediterránea y nuestra gastronomía. Y que, su consumo en el marco de una alimentación y un estilo de vida saludable aporta grandes beneficios al organismo.
Se ha observado, a través de múltiples investigaciones internacionales, que “el efecto de los consumidores ligeros (<5 g de alcohol/día) y moderados (5-15 g de alcohol/día) de vino frente a la mortalidad cardiovascular es de una reducción del 38% de la mortalidad por todas las causas. Además, los consumidores de vino moderado (>15-70 g alcohol/día) muestran una reducción del 30% y del 70%, respectivamente, en la incidencia de eventos cardiovasculares”, afirma el Dr. Ramón Estruch, del Departamento de Medicina del Hospital Clínico de Barcelona.
Los polifenoles pueden contribuir a proteger contra enfermedades cardiovasculares
Este año 2020, un estudio elaborado conjuntamente por la Anglia Ruskin University de Reino Unido, el Medical University de Viena (Austria), la North-West University (Sudáfrica) y el George Institute for Global Health de Sydney (Australia) destaca, por primera vez, los efectos beneficiosos del vino frente al resto de bebidas alcohólicas en la disminución del riesgo de cardiopatía isquémica[1] (1). Y es que el vino se destaca de otras bebidas por su contenido en polifenoles, entre ellos, el resveratrol, que lo convierten en una opción llena de propiedades saludables.
Además, los polifenoles presentes en el vino pueden contribuir a proteger contra enfermedades cardiovasculares, sobre todo las cardíacas. La capacidad antioxidante del vino aumenta el colesterol saludable para el corazón y mantienen el sistema inmune fuerte. Este tipo de colesterol bueno (HDL) ayuda a prevenir la acumulación de placas en las arterias, lo que también puede contribuir a evitar ataques cardíacos y accidentes cardiovasculares.
Otro tipo de polifenoles son los taninos que provienen de la piel y de las pepitas de la uva, aportando propiedades astringentes y antiinflamatorias que actúan contras los radicales libres. Los taninos están muy presentes en la maceración del vino tinto y en los vinos blancos fermentados en barrica.
Los beneficios que aportan los polifenoles del vino en la salud vascular han quedado demostrados científicamente por un metaanálisis – que incluyó a 37 estudios sobre humanos – elaborado por la University of Birmingham (Reino Unido), el Garvan Institute of Medical Research de Darlinghurst (Australia) y del St. Vincent’s Clinical School de Sydney (Australia). Este estudio concluye que los polifenoles del vino ayudan a mejorar la presión arterial sistólica. Un resultado muy relevante, ya que la presión sistólica elevada se asocia a la hipertensión y a enfermedades coronarias [2].
El vino como estilo de vida saludable
En España, al igual que en otros países mediterráneos con la misma tradición, el consumo de vino está asociado a aspectos sociales, a unas pautas de consumo moderado, siempre en combinación con comida y en un ambiente de socialización. En la actualidad, los consumidores se decantan por el vino como parte de un estilo de vida saludable, sostenible y de saber disfrutar de la vida, que contribuyen también positivamente a la salud.
Aunque numerosos estudios han demostrado los beneficios para la salud del consumo moderado de vino, la mayoría de los investigadores advierten que ello no es suficiente motivo para que alguien que no bebe comience a hacerlo por motivos de salud. De hecho, la recomendación general de los científicos suele ser preventiva advirtiendo que los beneficios para la salud del vino en un estudio en particular, no garantiza que los no bebedores o abstemios deban comenzar a disfrutar de una copa al día para mejorar su salud.
Por último, es importante señalar, que cualquier estudio sobre el vino y la salud no reemplaza el consejo médico de un profesional. Las personas, independientemente de si padecen cualquier enfermedad, deben consultar con su médico antes de tomar decisiones sobre el consumo de alcohol por su salud
[1] Drink types unmask the health risks associated with alcohol intake. Prospective evidence from the general population.
- Clin Nutr. 2020 Feb 15. pii: S0261-5614(20)30057-1. doi: 10.1016/j.clnu.2020.02.009.
[2] Fine wine or sour grapes? A systematic review and meta-analysis of the impact of red wine polyphenols on vascular health.
- Eur J Nutr. 2020 Apr 17. doi: 10.1007/s00394-020-02247-8