Verticalidad es lo que mejor define a los viñedos en la Ribeira Sacra.
No ha pasado un mes y siento la necesidad de plasmar negro sobre blanco la experiencia de visitar una muy pequeña parte de lo que es la Ribeira Sacra, suficiente para hacerse una idea de la grandeza de esta tierra mágica en la que rozas el cielo sin necesidad de subir a cientos o miles de metros.
La verticalidad de los viñedos y sus paisajes, la historia, los valores humanos, la gastronomía… a cada cual le llegará al corazón de una forma o de otra pero meto la mano en el fuego que nadie se va indiferente de este trozo de tierra que acompaña el cauce del río.
Tenía en la memoria los vinos publicados en la guía Wine Up!, esa guía en la que todos los vinos se catan, puntúan y comentan a ciegas, es decir, sin conocer la marca ni el origen del vino. Tras cada tanda de vinos se destapan para anotar el nombre y luego poder publicarlo en la web (www.wineup.info) y de ahí a la guía.
Una bodega (sus vinos) de Ribeira Sacra llamó mi atención: ALMA DAS DONAS (antes Pena das donas). Sobre todo su rosado, uno de los más puntuados en la guía 2019 y su tinto Top: Almamadre.
Tan solo una llamada me sirvió para tener las puertas abiertas y lo que más valoro, la predisposición absoluta a mostrarme sin complejos su verdad, su realidad, su día a día.
Lara (gallega de Marín) y Roberto (Italiano) cambiaron su trabajo en Madrid para tomar las riendas de esta bodega. Locura para muchos, para mí una historia de amor hacia la tierra, hacia un entorno único en el mundo, una forma de vida que creo que aunque sea de reojo todos envidiamos, también, seguro una zona donde reencontrarse como personas, lejos de la vorágine de la ciudad.
La visita se hace rápida, es una bodega pequeña, casi podríamos decir por la dimensión de garaje pero con todo lo necesario para cuidar los procesos de elaboración. Para Roberto lo importante está en la viña, por suerte, para mí y cualquiera que quiera comprender un vino también.
Llega el momento de coger el coche para subir a la zona donde están vendimiando. Yo que soy hombre de llanuras como las que cabalgó el imaginario hidalgo Don Quijote, reconozco que me costó conducir por esas curvas tan cerradas que casi podías leer la matrícula trasera de tu propio coche, todo ello cuesta arriba. La bajada es mucho más fácil, casi te acostumbras y no dudo que cuando vuelva (que lo haré) el miedo dará paso al disfrute máximo (siempre con la debida precaución).
Sólo eres capaz de comprender un vino cuando conoces su entorno, su realidad. Dejémonos de viticultura heroica, queda muy bien decirlo pero hay quien puede entender que es una excusa para cobrar más por un vino sin merecerlo. Lo que se hace en la Ribeira Sacra hay que valorarlo más como arraigo, subsistencia, amor a una tierra, no querer abandonarla aun conociendo lo dura que es. Aferrarse a un medio de vida, probablemente el único como pasa en otras regiones de España y el mundo (la viña) con la salvedad que para ellos es im trabakp infinitamente más duro al no poder usar medios mecánicos para su laboreo o vendimia.
Tienen los mismos problemas que pueda haber en otros viñedos, pero aquí todo hay que hacerlo a mano.
Si son héroes es porque te reciben con una sonrisa, esa que no pierden aún con lo duro del trabajo. Héroes por su hospitalidad, no es tierra de abundancias pero lo que tienen te lo ofrecen como si les sobrara. Eres consciente de que el tiempo es relativo, se vive al ritmo de la naturaleza que es lo que se respira y lo que te inunda.
Puede que no sean los mejores vinos del mundo, aunque te encuentras cosas excelentes, sobresalientes como los de Alma das Donas, pero después de pasear por allí, cada botella que descorcho me devuelve la magia de ese entorno, de esas viñas y de esas gentes y he de decir que me emociona, me sabe a gloria y me pide volver.
Al fin y al cabo, el vino, sobre todo es eso, personas y paisajes unidos a momentos, el vino, el buen vino no deja de ser un estado de ánimo. Hay que sumar muchas cosas para llegar a disfrutarlo al máximo y cuando lo haces… llega el éxtasis, la emoción.
Los vinos recomendados de esta bodega son:
ALMALOLA 2017: 91,08 Puntos Wine Up!
Rosa fresa. En nariz intenso, un rosado serio con protagonismo para la fruta roja, sobre todo fresas con algo de cereza y regaliz rojo. En boca le sigue la estela a los aromas de nariz, es intenso en la fruta que encontramos. En retrogusto, también hay flores como las violetas. Ligero amargor que le da presencia y persistencia.
ALMAMADRE 2016 – 93.69 Puntos Wine Up!
Rojo cárdeno capa media alta que tiñe la copa. En nariz intensos recuerdos de fruta roja, sutil incienso, cacao, vainilla, algo lácteo. La fruta se muestra ácida y destaca por ser balsámico. En boca como se intuía en nariz, con buena acidez, fruta roja y negra como protagonistas. Tanino presente que no estorba, le da carácter. Sutil amargor que se funde con un recuerdo ahumado
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