El Barco de Ávila, uno de los mejores pueblos de España para disfrutar del vino y la gastronomía

Son ya cinco años los que por las mismas fechas acudo a la cita anual del Wine Up Tour en El Barco de Ávila. Hay quien se pregunta cómo un pequeño pueblo de apenas 2000 habitantes acoge este evento que principalmente va a capitales de provincia.

Sinceramente no miro el censo cuando hago la programación de ciudades, lo que suelo tener en cuenta es la “cultura del vino” y la predisposición a disfrutar de este alimento, de este zumo de uva fermentado.

Tiene mucho que ver, por no decir todo, mi buen amigo José Manuel Mena, el mejor “tendero de vinos” que hay en España y por supuesto Paloma de la Fuente, que tanto monta, monta tanto. Su vinoteca tiene más referencias que habitantes el pueblo. Cuantas vinotecas de importantes ciudades quisieran vender la mitad de lo que despacha la Vinoteca Mayor.

Otro que ya es amigo, por su bonhomía, hospitalidad y generosidad es Adolfo “Fito” para sus amigos. Él dirige el Gastro pub Clipper, un lugar donde hay que ir si se está por la zona. Al igual que la vinoteca, sorprende una cocina tan elaborada que tiene como bandera la mejor materia prima y por supuesto, la mano para cocinar.

 

El pasado 29 de noviembre, en su etapa 279 llegaba el día para disfrutar de nuevo con la cocina de Adolfo y los vinos que protagonizan el Wine Up Tour.

 

Abríamos boca con una cucharita de salmón y queso trufado acompañada de crema de otoño y pistachos. El vino elegido para armonizar era Viñas del Vero Chardonnay 2017 de Viñas del Vero (D.O. Somontano). Un vino fresco, intenso, con una exuberante carga aromática y una boca golosa, de acidez equilibrada y persistente. Ya se alzaban voces de que la cosa “empezaba bien”.

Mi buen amigo José Manuel Mena, el mejor “tendero de vinos” que hay en España. Su vinoteca tiene más referencias que habitantes tiene el pueblo

 

De este a oeste con los vinos, ese viaje que nos propone el Wine Up Tour nos llevaba a Vilagarcía de Arousa y a las islas Cíes. De las Cíes, unas soberbias navajas a la plancha y de Vilagarcía el albariño Pazo de Rubianes 2017 de Pazo de Rubianes (D.O. Rías Baixas). Si hay un maridaje perfecto es este, la fusión en boca de lo mejor de la costa gallega. Uno de los albariños más exclusivos del mercado y una bodega para conocer.

 

La cena se iba animando y las expectativas estaban por todo lo alto sin defraudar. Para el tercer blanco y disfrute de los asistentes, Sepionet al ajillo destacando la potencia de sabor y la textura que conjugaban a la perfección con la elegancia e intensidad de Conde Valdemar Finca Alto Cantabria fermentado en barrica 2017 de Bodegas Valdemar (D.O.Ca. Rioja). Este blanco con alma de tinto destaca por su acidez, frescura e intensidad. Válido para esta sepia y perfecto para una carne.

Estando en El Barco no pueden faltar los boletus y en esta ocasión la propuesta eran unas croquetas caseras de boletus con Finca Moncloa 2014 de Finca Moncloa (Vino de la tierra de Cádiz). Para sorpresa de muchos, un tinto andaluz que atesora las virtudes de las mejores zonas de producción, un vino que año tras año gusta por su equilibrio e intensidad, por su carga frutal, tanino pulido y persistencia. Donde va, triunfa!!

 

Además del servicio, de Clipper destaco la creatividad en la cocina y la originalidad, sin complejos. Nos sorprendió con unas Delicias de pato con foie y habitas que acompañaban a La Buena Vid 2014, el vino elaborado bajo D.O.Ca. Rioja por Bodegas Más Que Vinos. Delicadeza en aromas, intensidad y frescura en boca con persistencia alta. La fruta como protagonista y la seda como sensación en boca.

Mi debilidad en el pescado es el Bacalao, y cuando me lo encuentro tan magistralmente cocinado en su punto, me arrodillo y doy gracias a Dios. Este Bacalao a la plancha con hortalizas caramelizadas era sublime, todavía lo recuerdo, sabroso pero en su punto de sal. Nada mejor para este bacalao que Bisiesto Cabernet 2012 de Bodega Soledad. Pocos Cabernet Sauvignon en España consiguen la elegancia y finura de este tinto conquense. Un vino cuya virtud es ser inequívocamente varietal.

 

El vino y la comida nos hace amigos y permite disfrutar, aun sabiendo que al día siguiente sonará el despertador. Como séptimo vino y previo al postre, tocaba hamburguesas de wagyu con mousse micológica con el que por muchos es considerado el mejor reserva de la D.O.Ca. Rioja por su RCP: Conde Valdemar Reserva 2011 de Bodegas Valdemar. 130 años de experiencia de la familia avalan el resultado de este vino que atesora la finura, intensidad y sobre todo, la virtud de ser un vino que representa lo mejor de la región vitícola por excelencia en España.

 

Como a nadie le amarga un dulce, con Verum Tempranillo reserva de familia 2010 de Bodegas y Viñedos Verum (IGP Tierra de Castilla) nos llegaba una “sorpresa de chocolate”. El vino está considerado como mejor vino tempranillo de Castilla-La Mancha, considerado y premiado como tal. Un vino intenso, muy vivo después de 8 años en el que todavía sorprende la fruta aun teniendo una crianza de 18 meses en roble francés. ¿Quién dijo que en Castilla-La Mancha no se podían hacer vinos longevos?

 

Tras la cena, el ritual del sorteo de botellas, los brindis y como siempre, agradecimientos a las bodegas, al personal de Clipper, a mis buenos amigos José Manuel y Paloma y por supuesto, a las bodegas que confían en mí como altavoz de sus virtudes.

Salud, hasta el próximo año y como siempre, Wine Up!

 

@ecatas

www.instagram.com/joaquinwineup

 

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