El futuro de los vinos rosados en España pasa por su revalorización

El pasado 13 de marzo tuvo lugar en Peñafiel el II congreso Internacional del vino rosado, una organización perfecta y un evento intenso con protagonismo para lo que tiene que ser un congreso de este tipo, la cata, la puesta en escena de los vinos rosados

Un congreso en el que participé como ponente acompañando en la mesa a Nieves Caballero (El Norte de Castilla) y Carlos Delgado (El País). Ambos dieron su opinión sobre el origen del rosado, importante en el pasado reciente de Castilla y León. Yo advertí que viniendo de zona de blancos, mis reseñas históricas son de “claretes”, como se conocía en la mancha al vino blanco teñido con un poco de tinto.

Metidos en tarea, lo que nos llevaba a la mesa redonda, estrategias para vender vino rosado intenté ceñirme a precisamente eso, que estrategias o que problemas había en el vino rosado para que no despegara su consumo en España, teniendo en cuenta que nuestros vecinos Galos con un clima menos cálido, de cada 10 botellas de vino que descorchan, 3 son de rosado.

Partimos de la base de que los vinos rosados en España son buenos pero tienen margen de mejora. Salvo algunas excepciones, en las bodegas era uno que había que tener por si lo pedían, pero no era un vino por el que se apostara. Otra cuestión importante es que tienen una vida corta (de la manera que aquí se elabora), la imagen… tampoco se ha cuidado pues al no ser para vinos premium o de precios más altos no se invertía. Incluso en zonas históricas de Rosado como Cigales, Navarra y algo en León, esto ha sido siendo así, vinos económicos para consumo inmediato.

Si no se cree en un producto, es difícil esforzarse en hacerlo bien y si no es bueno, es complicado venderlo a más precio. Aquí, uno de los primeros hándicaps… no te pueden tomar en serio ni valorarte con un vino de 2 o 3 euros, en el mejor de los casos 4. Entiendo que las facturas de las bodegas hay que pagarlas y aquí se trabaja con la política de mejor muchos pocos, pero hay opciones que hacen compatible la cuenta de resultados con la imagen.

Primer consejo: ir a dos gamas. La que te salva la cuenta de resultados y una gama superior para demostrar que tienes margen de mejora, que quien esté dispuesto a pagar más, tendrá un vino mucho mejor. Si ya confían en tu bodega, demuéstrales que han de ser fieles y que tendrán un vino para cada momento, para diario y para darse un homenaje. No desistas el primer año, pero ojo, que el vino de más precio esté al nivel de lo que se espera.

Segundo consejo: Los vinos blancos y rosados son la puerta de entrada del consumidor. A nivel general en el vino es imprescindible segmentar y orientar la comunicación de acuerdo al precio – etiqueta – canal de distribución. Ha de haber una relación entre el precio, la imagen y la calidad. Volviendo al punto anterior, hay rosados muy ricos por 3 y 4 euros, asequibles para todo el público.

El valor de un producto está relacionado con su precio, ha de haber equilibrio pero un buen vino a precio bajo se valorará por su precio no por su calidad.

Hay que dignificar el vino rosado, las bodegas son las primeras que deben confiar en estos vinos. Si aumentan la rentabilidad, verán que es un vino importante para la marca y a partir de ahí invertirán.

Si hay un país idóneo para el consumo de vino rosado es España. Nuestro clima cálido invita al consumo de bebidas frías. La alternativa al vino tinto en primavera y verano es el blanco, rosado o espumosos… no la cerveza. Si las bodegas, equipos comerciales y hosteleros se dan cuenta de esto, aumentará significativamente el consumo de vino en verano.  Esto también es responsabilidad de las bodegas en cuanto a la comunicación que hacen de sus vinos.

Con respecto a la gastronomía, la dieta mediterránea es la gran aliada del vino. Lo he escrito en repetidas ocasiones, adaptamos perfectamente nuestra dieta al clima, pero perseveramos con el mismo tipo de vino independientemente de la estación del año. Ensaladas, cremas frías, pescados, arroces… platos estrella del verano para acompañar con un buen vino rosado.

También es importante llevar el consumo de vino a platos cotidianos. Se leen demasiadas recomendaciones de “maridaje o armonía” con Becada, lubina salvaje, confit de pato o caldereta de jabalí como si fuera algo habitual en nuestras mesas. Hay que darse cuenta qué y donde se come a diario. Se come más pasta o pizza que chuletones de buey o marisco. Cambiemos nuestras recomendaciones a platos más cotidianos.

Pondría muchos ejemplos de vinos rosados que merecen la pena probar. Todos los que tuve ocasión de disfrutar en el congreso estaban a gran nivel, tanto los franceses como los españoles. Estoy seguro que si los rosados franceses (por encima de los 20 euros) hubieran dicho que costaban 3 euros, no se le habría prestado tanta atención como a los españoles, hubiéramos coincidido en que estaban “muy ricos” pero hubieran pasado desapercibidos.

Hace un año publicaba un artículo sobre los vinos rosados y algunas recomendaciones… de consumo, de marca. Si queréis ampliar información… http://www.wineup.es/2017/03/el-vino-rosado-el-gran-incomprendido-o-la-vie-en-rose/

 

Joaquín Parra Wine Up!

@ecatas

 

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